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Eduardo Madina quiso dejar claro, sin embargo, que su partido "no aspira a la homogeneidad". "No traemos ningún esquema obligatorio que imponer a nadie", manifestó.
Aseguró que se sienten cómodos en la diversidad, y "si en política tenemos algún dios al que venerar es en cualquier caso un dios laico que no se mete en el corazón de nadie". "Nuestras ideas han venido para la inclusión y será difícil que alguien, ni Mayor Oreja ni Ibarretxe, ni Aznar ni Rouco Varela, nos encuentren en ninguna lucha de delimitación".
El candidato del PSE por Vizcaya recalcó que el proyecto socialista "está basado en la defensa del proyecto de todos". Agregó que frente a la derecha y a la extrema derecha, su formación defiende "la igualdad plena de derechos de todos los ciudadanos, independientemente de su orientación sexual, género o procedencia".
En este sentido, se felicitó porque, a su juicio, "ya nadie tiene el monopolio de la definición oficial de la orientación sexual, de la que vale y de la que no vale, de la identidad o de los monopolios de familia", por lo que consideró normal que algunos "estén nerviosos, que griten y que pidan que no se vote al Partido Socialista".