“El Papa está en un esfuerzo de mediación, pese a que está equidistante. No es fácil hacer de mediador. El Papa, como buen argentino, sabe lo que pasó en las Malvinas y ya quiso hacer de mediador en Venezuela y no salió, pero en otros sitios ha salido. Él lo intenta. Dejémosle con esa ‘autoritas’, aunque lo critiquen, incluso dentro de la iglesia”, dijo el prelado durante el encuentro celebrado por Nueva Economía Fórum en Madrid.
 
Omella recordó que el propio Papa pide “invocar a Dios para la paz, no para la guerra”, en referencia a la postura pro invasión del máximo representante de la Iglesia ortodoxa rusa, el patriarca de Moscú Kirill.
 
“Desgraciadamente hay esa apetencia de cosas que nos pone en enemistad hasta hacer la guerra, como en Ucrania”, reflexionó. En este punto, recordó que “hay tantas guerras de las que no se hablan” y citó algunas de África, como Etiopía y Eritrea.
 
“Que todos nosotros seamos instrumentos de paz”, revindicó, y lo hizo extensible a todos los ámbitos de la vida. “¿Cuántas veces las familias llegan a ‘guerras nucleares’ por una herencia y dejan de hablarse y quedan rotas para siempre? ¿Qué pasa en el corazón humano?”, agregó.
 
El cardenal concluyó esta reflexión llamando a seguir la propuesta que hizo San Francisco y ser “instrumentos de paz” y evitar los “insultos en el Parlamento”, “la crítica mordaz en el vecindario” y las “patadas en el metro”.