"Por ello, cualquier intento de desintegración, de desagregación no solo iría en contra del sentido de la Historia, sino de los intereses de los ciudadanos de un determinado territorio", argumentó Jiménez, en clara alusión a las pretensiones secesionistas del llamado 'Plan Ibarretxe' aprobado en la Cámara de Vitoria. En la misma línea, dejó claro que la Constitución Europea garantiza el respeto a la identidad nacional y a la identidad regional y local, pero también garantiza la "integridad territorial".

Al mismo tiempo, recalcó, Jiménez, el texto establece las relaciones entre los distintos niveles de poder y considera la cohesión como un "principio" que inspira todas las políticas de la Unión y dibuja unas "reglas básicas para la convivencia en libertad. Lo siento, pero no encuentro ninguna razón para decir que no, ni para quedarse en casa", resumió Jiménez, que hilvanó una intervención muy optimista sobre el proceso de construcción europea, habló de la apertura de un nuevo capítulo en este camino con el nacimiento de la Unión Europea "constitucional".

La responsable del área de Internacional del PSOE no dudó de que el PP apoyará la ratificación del texto constitucional europeo y que todas las fuerzas políticas harán el máximo esfuerzo en la campañas para hacer que los ciudadanos sientan que se está votando algo que afecta a su vida cotidiana. En todo caso, no quiso aventurar que porcentaje de participación se verá el próximo 20 de febrero.

LA POSTURA DE IU Y ERC

Por otro lado, preguntada por el hecho de si no genera cierta incomodidad gobernar con Izquierda Unida y Esquerra Republicana de Catalunya, que votan 'no' a la Constitución Europea y 'sí' al Plan Ibarretxe, respondió que "el juego de las mayorías parlamentarias" está previsto en cualquier democracia y que, no obstante, quien tiene la iniciativa legislativa y de gobierno es el PSOE y quien preside el Ejecutivo es José Luis Rodríguez Zapatero.

"¿Quién dice que el apoyo de determinada fuerza política resta legitimidad a ese Gobierno?", se preguntó Jiménez, recordando que, en otros momentos, el PP contó con el apoyo parlamentario del PNV o de CiU y el PSOE, entonces en la oposición, consideró que eso era bueno para la estabilidad política del país. Según Jiménez, no se puede deslegitimar una forma de gobernar por el hecho de que se cuente con el apoyo de determinados partidos que, por lo demás, también representan la soberanía nacional. Además, el hecho de que se discrepe en determinados asuntos no significa que no se pueda llegar a acuerdos e otros asuntos. "¡Qué obsesión con que estemos de acuerdo en todo!", exclamó.