“Estábamos un poquito solos”, manifestó en este encuentro organizado en Bilbao por Nueva Economía Fórum, donde matizó que la Conferencia Episcopal Española (CEE) no tiene potestad “para decir que este u otro obispo lo haga”.

No obstante, en su opinión, la Iglesia española está “en un camino que ha de seguir”, aunque la lacra de los abusos sexuales en el ámbito eclesial continúa, reconoció. “Se están recibiendo nuevas denuncias, no con la frecuencia del primer momento. Se está respondiendo a cada una de ellas”, dijo por la experiencia de la Diócesis de Bilbao, donde ya impulsó hace meses un acto para las víctimas.

A este respecto, añadió que si los afectados creen que “puede aportar” organizaría otro y aseguró que está “abierto” a “afrontar lo que haya que afrontar”, en relación a las indemnizaciones económicas a las víctimas de abusos.

Joseba Segura fue preguntado por otras cuestiones, como la polémica que protagonizaron unas palabras de la homilía que pronunció el día de la Ascensión, en agosto, por las que el colectivo de las personas trans le criticaron por decir que una persona no puede elegir del sexo que quiere ser.

El prelado aprovechó para reconocer que fue un “error” suyo relacionarlo con la ascensión de la Virgen al cielo “en cuerpo y alma” y que después se reunió con familias de personas en esa situación. Así, concluyó, que “por la experiencia de muchos padres, los chavales no eligen, tienen un sentimiento”.

El obispo de Bilbao también se refirió a una hipotética “modernización” de la Iglesia que permitiese la ordenación de mujeres como sacerdotes. “Según dice el Papa, no es el momento”, zanjó. “La Iglesia mantiene la unidad a lo largo de los siglos, es una de sus características, mantener un ritmo que no provoque rupturas”, prosiguió, apuntando que en África, por ejemplo, “no lo ven” que una mujer pueda decir misa. “Yo, no lo sé”, reconoció a título personal.

Finalmente, remarcó que en el sínodo en el que está trabajando la Santa Sede hay un mayor reconocimiento al papel de las mujeres, “con más protagonismo y responsabilidades en gestión”. “Pero hay muchas cosas” a las que la Iglesia no va a “renunciar”, dijo poniendo el ejemplo de la defensa de la vida “desde la concepción hasta la muerte natural”.