Desde el Ejecutivo andaluz “hemos hecho un esfuerzo por la ley de climatización de los centros escolares que no tiene comparación con ningún otro país de Europa”, aseguró Castillo durante su intervención este encuentro organizado en Sevilla por Nueva Economía Fórum.

“Se han invertido 160 millones de euros en los últimos 5 años y hemos climatizado 162 centros educativos con sistemas de ‘bioclimatización’, y ahora mismo estamos iniciando una segunda andana con otros 80 centros y una inversión de 30 millones de euros”, destacó.

A estas medidas se unen las acciones denominadas de “climatización pasiva” que la Junta ha puesto en marcha con la construcción de porches para resguardar a los alumnos del sol, la renovación de ventanas, etc. Castillo aseguró que todas estas medidas han sido puestas en marcha en coordinación y apoyo en muchas ocasiones de las asociaciones de madres y padres, y también de muchos ayuntamientos que han ayudado a financiar estas medidas.

Hay que tener en cuenta, argumentó la titular de Desarrollo Educativo y Formación Profesional de la Junta de Andalucía, que muchos de los 4.000 centros escolares de la región fueron construidos en los años, 60, 70 y 80 cuando “no teníamos esta percepción del calor porque en las casas no había aire acondicionado”.

No obstante, aclaró, “tenemos un protocolo que permite a los centros hacer modificaciones cuando se producen alertas por situaciones de calor y los centros lo aplican con lógica”. Castillo destacó que es cierto que muchos padres llaman a los centros para decir que se va a llevar a su hijo a las 12 de la mañana “para que no pase calor, y si no hay alerta naranja o no lo decide el colegio, no, no pueden hacerlo”, zanjó.

En relación a las quejas de los sindicatos educativos que aseguran que Andalucía cuenta con 525 clases públicas menos que en cursos anteriores, la consejera negó esos datos.

“No las cerramos, no las ponemos en funcionamiento, porque el aula sigue ahí” y “lo digo a conciencia, si tenemos niños mañana, pondremos esa aula en funcionamiento”, explicó. Si nosotros cerramos un colegio y lo convertimos en un hotel, ya no es un colegio, pero si yo tengo un colegio con sus aulas vacías porque no tienen niños, lo que no puedo es inventar”.

Esas aulas que no se ponen en funcionamiento por falta de alumnos “en vez de decir que, si tengo 125.000 alumnos menos, tengo 7.000 profesores menos; al revés, hemos puesto 7.000 profesores más”, indició Castillo.

“Este año a las pruebas de acceso a la universidad se han presentado 1.000 alumnos menos porque había 1.000 alumnos menos en Bachillerato, y en los últimos años están entrando 3000 alumnos menos. Nosotros estamos manteniendo aulas en las zonas rurales, en zonas más despobladas porque cerrar un colegio es lo último que hay que hacer. Mantenemos los colegios con 4 o 5 niños, con maestros itinerantes… estamos intentando mantener el sistema”, admitió.

Finalmente, la consejera andaluza hizo hincapié en que se ha invertido para que los alumnos con necesidades especiales sean atendidos de forma temprana.