Dídac Ramírez i Sarrió, casado, padre de dos hijos y abuelo de tres nietos y dos nietas; nació en Barcelona en 1946, aunque parte de su infancia transcurrió en Calaf. Desde entonces, su domicilio siempre ha estado ligado a la Ciudad Condal, donde estudió compatibilizando estudios y trabajo.
 
Ramírez es licenciado en Filosofía y Ciencias de la Educación por la UB y doctor por la UB en Ciencias Económicas y Empresariales, y en Filosofía y Ciencias de la Educación, además de catedrático de Universidad (1990). Ha sido vicedecano de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales (1984-1989) y vicerrector de Economía y Administración (1990-1994).Asimismo ha presidido la Sociedad Catalana de Filosofía, filial del Instituto de Estudios Catalanes (2001-2006).
 
Fue durante dos mandatos director del Departamento de Matemática Económica, Financiera y Actuarial de la UB, y es académico numerario de la Real Academia de Ciencias Económicas y Financieras (2002). Desde noviembre de 2008 es rector de la Universidad de Barcelona.
 
Le gusta dedicar el tiempo libre a la investigación, la lectura y la conversación relajada. Pero también le gusta el deporte y disfrutar de un buen partido de fútbol. Es socio del F. C. Barcelona desde hace décadas, donde además de seguir con pasión a su equipo, ha sido tesorero de la entidad en una de las etapas de cambio de este club. Otras aficiones que han marcado su vida han sido el ajedrez y el dominó.
 
Fuente: Universdad de Barcelona

Político, abogado y presidente de honor de Alumni UB.
 
Miquel Roca i Junyent (Caudéran, França 1940) es presidente de honor de la Agencia Alumni UB. Cuando era político en activo vivió una de las etapas más emocionantes del país: la transición de un régimen totalitario a la democracia, la redacción de una constitución objeto de polémica y el intento fallido de «llenar el vacío existente entre dos grandes fuerzas políticas constantemente enfrentadas». Como abogado en ejercicio, su trayectoria ha sido suficientemente relevante como para situar su bufete entre los despachos más prestigiosos del Estado. Sin embargo, no lo da todo por hecho y durante la conversación deja claro que cada día tiene que aprender, que los países evolucionan, que los textos se pueden modificar, que con los símbolos y la dignidad no se puede hacer negocio, y que es tan importante o más administrar la libertad de cada día como lo fue recuperarla.
 
Su discurso —crítico, sereno y argumentado— se sostiene sobre un talante decidido, optimista y, como dice, genéticamente proclive al pacto. Confiesa que se levanta contento y que silba en la ducha. Sin embargo, cuando habla de la situación actual del país es probable que a más de uno le piten los oídos.
 
Fuente: www.ub.edu