“Esas personas tienen la capacidad de equilibrar el efecto, pero para conseguirlo necesitan comenzar a ahorrar más o menos con 45 años”, apuntó González de Frutos durante su participación en el citado foro de debate, organizado por Nueva Economía Fórum.

“La conclusión es clara: cualquier decisión que se tome se tiene que tomar en esta legislatura. Más allá, comenzará a ser tarde para algunos; y cuanto más se tarde, más serán”, añadió.

A este respecto, aseguró que “es una invención de actores a menudo interesados eso de que los gestores del ahorro no sólo pensamos que la Seguridad Social va hacia el desastre, sino que nos regocijamos con ello”.

"NO CREO EN LA DEBACLE"

“Créanme que soy totalmente sincera si les digo que yo no creo en la debacle de nuestro sistema de pensiones, porque nuestro sistema de pensiones tiene problemas, desde luego, pero son problemas que tienen solución”, prosiguió.

En concreto, sostuvo que “el problema de las pensiones de reparto es, en su esencia, una dicotomía entre suficiencia y sostenibilidad”.

En consecuencia, explicó que “el sistema puede aspirar, a tres o cuatro décadas vista, a ser igual de generoso pero insostenible, o ser sostenible pero menos generoso”, y agregó que “la inteligencia de nuestros representantes políticos y sociales ha sido entender que la primera de estas opciones es irreal”.

De hecho, sentenció que “creer que es posible afirmar la suficiencia del sistema a costa de su sostenibilidad a largo plazo equivale a creer en los unicornios”, por lo que considera que “los responsables del diálogo en torno de las pensiones han tomado la dirección adecuada”.

GENEROSIDAD DEL SISTEMA

Además, defendió que “la generosidad del sistema de pensiones ya no se puede mejorar a través de la fiscalidad del empleo” y apuntó que “incluso los grupos sociales partidarios de resolver el actual agotamiento del pago de las pensiones a base de subir cotizaciones admiten que el margen disponible, la masa salarial que queda por gravar, es ya demasiado pequeña”.

“Encarecer el empleo, con la que está cayendo, cuando menos a mí no me parece la más inteligente de las medidas posibles”, concluyó González de Frutos, quien defendió que la solución está en “la capitalización, esto es, la consolidación de derechos a través del tiempo mediante el ahorro”.

Por último, advirtió de que el ahorro “debería ser un pilar por defecto, que respetase siempre la decisión del individuo de no ahorrar, de no pertenecer a ese pilar, pero en el que el acto de ahorrar fuese automático” y contara con aportaciones de los trabajadores y de las empresas, además de incentivos fiscales.