Así lo afirmó durante su intervención en el encuentro informativo organizado por Nueva Economía Fórum, donde criticó las “promesas incumplidas” del Gobierno central, cuando hablan de 184.000 viviendas y “en siete años no han sido capaces de poner un solo ladrillo”.

Rodrigo consideró que “lo que necesitamos no es más Estado, sino un Estado que funcione”, y añadió que “no necesitamos más organismos y más chiringuitos, sino reglas claras, seguridad jurídica y una Administración que sea ágil” y recalcó que “eso es lo que estamos defendiendo en Madrid”.

Por ello, continuó, “frente al fracaso de la izquierda”, en la Comunidad de Madrid “hemos trazado una línea clara lejos del intervencionismo y la propaganda con el solo objetivo de mejorar el acceso e incrementar la oferta de vivienda asequible en nuestra región” porque “es la única medida para que bajen los precios”.

El consejero valoró que lo hacemos a través del “modelo Madrid de vivienda”, con el que “hemos movilizado todo el suelo público disponible, flexibilizado la normativa urbanística, simplificado los trámites y actualizado el modelo de vivienda pública protegida, además de promover incentivos fiscales destinados tanto a la compra como al alquiler”.

Todo ello, “junto al mantenimiento de tipos bajos en los impuestos que gravan la compra de una vivienda, hacen que Madrid lidere la competitividad fiscal en toda España”, remarcó el responsable de Vivienda, Transportes e Infraestructuras de la Comunidad de Madrid.

Rodrigo dijo que, frente a las medidas fiscales de la Comunidad de Madrid, Pedro Sánchez “ha conseguido colocar a nuestro país a la cabeza de Europa en tributación sobre vivienda, casi seis veces por encima de la media europea”.

Por ello, pidió al Gobierno central que “saque a la vivienda de ese infierno fiscal, que reduzca el IVA, establezca deducciones por el pago de las cuotas hipotecarias para los jóvenes y para las familias numerosas y recupere la reducción por arrendamiento para menores de 35 años”. El consejero madrileño recriminó que “no puede ser que entre el 25% y el 30% del precio de una vivienda sean impuestos”. “Es algo que es inadmisible”, concluyó.