Durante su intervención en el citado encuentro informativo, organizado en Barcelona por Nueva Economía Fórum, el titular de Interior se mostró de acuerdo con el principio de ordinalidad, ya que indicó que “no puede ser que con una renta por cápita superior, otras comunidades ofrezcan unos servicios públicos mejores que Cataluña”. “Se debe reformar el principio de solidaridad del actual modelo de financiación en Cataluña”.

Fernández hizo también un alegato a favor de publicar las balanzas fiscales, algo necesario según el dirigente popular, porque “conviene transparencia” en un momento especialmente crítico en las relaciones entre Cataluña y España. En su opinión, “conviene hacer un debate serio, acordar y pactar una metodología y designar técnicos independientes”.

En este ejercicio de transparencia también se deberían incluir, a su juicio, los flujos comerciales y publicar la retribución del sistema de pensiones o la Tesorería, con una metodología y unos cálculos pactados por todos.

Fernández Díaz defendió el papel que juega Cataluña para las arcas del Estado, y a este respecto aseguró que “Cataluña es solidaria y una contribuyente neta; por esta razón, se deben establecer límites a su solidaridad”.

PACTO FISCAL
A pesar de ello, el ministro del Interior lamentó que en el contexto actual se plante el concierto económico o Pacto Fiscal, y recordó que “Europa nos pide unión monetaria, esfuerzos fiscales y recortes presupuestarios”. Por ello, lo consideró “un reto inasumible (el concierto económico) para cualquier gobernante”.

Durante su intervención en el foro de debate, el ministro recalcó que “el problema y la deriva independentista de Cataluña no se debe a un mal sistema de financiación, sino a un contexto de crisis económica”.

Igualmente, comentó que el gasto público “está disparado en Cataluña y en este marco mantener estructuras de Estado es muy costoso, sobre todo cuando Cataluña no es un Estado y no tiene necesidad de ello”.

Jorge Fernández Díaz recordó que el actual modelo de financiación de Cataluña fue impulsado y aprobado por el Tripartit (PSC, ERC e ICV) y “fue considerado como el mejor modelo de la historia” por un gobierno legítimo, el de la Generalitat de Cataluña. Un modelo que, dijo, “recoge tres figuras impositivas más recaudatorias; el 50% del IVA se queda en Cataluña, como el 50% del IRPF y el 58% de los impuestos especiales”.