Así lo consideró durante un desayuno informativo organizado por Nueva Economía Fórum, en el que fue presentado por el secretario de Estado español para Iberoamérica y el Caribe y el Español en el Mundo, Juan Fernández Trigo.
 
Allamand fue preguntado por los últimos procesos electorales en América Latina, que han dado lugar a gobiernos definidos como progresistas. En concreto, se le pidió su opinión sobre los casos de Chile y Colombia, que por primera vez tiene un gobierno de izquierdas, y acerca de Brasil, país en el que las encuestas dan como favorito al candidato Lula da Silva.
 
El secretario general Iberoamericano quiso destacar “lo primero” que, en su opinión, “la alternancia en el poder es un signo de vitalidad de la democracia y es un signo en general positivo y no negativo”. Y añadió que, personalmente, “no le tengo miedo a los fenómenos de alternancia”.
 
“Yo creo que hay que tener una mirada positiva”, y apuntó que “lo que hay que tener en cuenta es que, desde el año 2019, cuando el presidente Macri fue derrotado por el presidente Fernández” en Argentina, “han tenido lugar 14 elecciones presidenciales en la región y en 13 de ellas, menos en Nicaragua, ha ganado la oposición”.
 
En la misma línea, consideró que los citados resultados en los comicios dicen que “hay un sentimiento ‘antioficialismo’ en la región, que es particularmente muy importante”, pues supone que existe “un desencanto con el desempeño en general de los gobiernos y esas cifras son elocuentes”. Para Allamand, “no hay continuidad, hay una voluntad de cambio, y las oposiciones ya sea a gobiernos de derecha o centro izquierda son las que ganan las elecciones”.
 
Acerca de qué se puede esperar de los nuevos gobiernos en la región, el secretario general Iberoamericano dijo que “esperaría lo mismo que de alguna manera uno espera de los que están actualmente vigentes en la región”. Todos ellos, aseguró, “tienen tres retos que son absolutamente medulares”. El primer reto, dijo, “es precisamente el de ser capaz de recuperar una trayectoria de crecimiento”. Por otro lado, “hay problemas de gobernabilidad en la región, y algunos tienen que ver por ejemplo con una deficiente estructuración de los sistemas políticos”.
 
Por último, esgrimió un informe del Banco Interamericano de Desarrollo “que demuestra que América Latina es la región del mundo en que hay menos confianza, tanto confianza institucional como confianza interpersonal”. Y añadió que “en América Latina desconfiamos todos de todos, y la desconfianza personal se expresa en la desconfianza hacia las instituciones” y esa desconfianza “tiene efectos también, por ejemplo, en términos de los costes de transacción o para realizar inversiones”, apostilló.