El jefe del Gobierno asturiano indicó que "aspiramos a una reforma donde se reconozcan nuestras particularidades y nuestras necesidades, eso sí", precisó, "con una exquisita lealtad constitucional, pero también con una legítima ambición".

Porque Asturias, subrayó, "es una comunidad histórica", definición actual cuya continuidad defenderá para el futuro Estatuto, "una comunidad histórica con una identidad fortísima pero compatible con su pertenencia a España", zanjó.

No obstante, sí expresó su insatisfacción con el papel que está jugando el PP en torno a la reforma: "extrañeza porque el PP se niegue a sentarse a negociar" la reforma. "Es llamativo que (Asturias) sea el único lugar de España donde el PP no quiera sentarse a negociar", lamentó.

En otro ámbito, se mostró partidario de acometer "la conversión del Senado en una verdadera Cámara de representación territorial", así como la "institucionalización definitiva" de la Conferencia de Presidentes de Comunidades Autónomas.