En su intervención en este evento informativo organizado en Valencia por Nueva Economía Fórum, Ribó comenzó subrayando que “la Valencia de 2022 es muy distinta a la de 2015”, cuando él llegó a la Alcaldía a liderar uno de los ayuntamientos donde ese año ganaron las elecciones candidaturas vinculadas al movimiento del 15-M.
 
Enumeró que el año que viene Valencia será capital europea verde, que actualmente es capital mundial del diseño y europea del turismo inteligente y que también fue seleccionada como posible capital mundial de la alimentación, para así apuntalar su conclusión: “No son cosas que digamos para hacer propaganda, son cosas reconocidas a nivel mundial y europeo”.
 
El alcalde atribuyó estos reconocimientos a “una serie de prioridades que hemos enmarcado de manera muy clara y a una serie de políticas que hemos desarrollado”, y que según su enfoque la alejan de la ciudad de 2015, que “no hace falta que os recuerde cómo se la conocía”, en alusión a la corrupción del PP valenciano. Ahora, en cambio, “se la conoce por una serie de elementos que he descrito que son reconocidas a nivel europeo y mundial” y porque, como acaba de publicar la revista ‘Forbes’, “aquí se vive bien, a todos los niveles”.
 
Él aseguró haber liderado “políticas para perdurar” y no querer “la mentalidad faraónica de antes”, con grandes obras “que paguen nuestros sucesores”. Y proclamó que Valencia no quiere parecerse a nadie, cuando supuestamente antes quería compararse con Madrid, sino “desarrollarnos a partir de lo que somos”.
 
EN DETALLE
 
Poco a poco fue desgranando y pormenorizando dichas políticas, con mucho énfasis en la movilidad y el transporte sostenible. Así, marcó como objetivo que Valencia sea una “ciudad descarbonizada en 2030”, porque la abundancia de partículas en el aire supone más riesgo de enfermedades cardiovasculares, y llamó a “plantearse el transporte metropolitano”, además de ampliar las aceras, de haber pasado de “grandes rotondas para coches a grandes plazas para personas” y de la “mejora continuada de los autobuses” municipales.
 
Ribó también presumió de la bajada del paro de un 15% en el último año y la subida de un 4% en afiliación a la Seguridad Social (si bien reconoció en este punto la importancia de los ERTE y los acuerdos entre patronal y sindicatos a nivel estatal) , de estar atrayendo inversiones, de su Plan Estratégico de Formación y Emprendimiento y de haber incrementado las inversiones en un 40% reduciendo además la deuda del 105% del presupuesto anual al actual 30%, apenas 232 millones. En este sentido, bromeó que “es cierto” lo que se dice de que “la izquierda no sabe gestionar el dinero”, pero el suyo propio, porque el público lo hace “mucho mejor” que la derecha.
 
El alcalde aseguró estar utilizando los fondos europeos ‘Next Generation’ para avanzar en la citada descarbonización y también en la rehabilitación de viviendas, y se mofó de una de las preguntas que se le hicieron aludiendo a las críticas de la derecha a la supuesta suciedad de la capital, con incluso presencia de ratas. “La posición tiene que decir cosas, es normal”, ironizó, rechazando que exista una plaga de ratas y deslizando que a quien le critique le invitaría a visitar Madrid.
 
El presidente del Consejo Territorial de la ONCE en la Comunidad Valenciana, Enrique Lin, le preguntó cuándo será accesible el transporte público y cuándo se logrará la accesibilidad digital. A esto, Ribó se limitó a decir que “estamos trabajando en ello”, en particular “mucho” en la accesibilidad electrónica y que el Ayuntamiento ya tiene nueva página web y está implantando un nuevo programa de información accesibles.