Azkarraga ve indicios de que ETA "desaparecerá" y de que el referéndum vasco se hará con ausencia de violencia
Azkarraga ve indicios de que ETA "desaparecerá" y de que el referéndum vasco se hará con ausencia de violencia
No descarta contactos del "entorno" de Zapatero con la banda y pide sacar a víctimas y presos de una posible negociación
El consejero vasco se refirió a grandes rasgos al proyecto de la coalición PNV-EA para el País Vasco, insistiendo en defender la legitimidad del Plan Ibarretxe porque "dispone del apoyo que la legalidad reclama". A su entender, la respuesta del Congreso fue un "no porque no" repleto de "tópicos y falsedades". Tras dejar clara la postura "flexible y abierta" que en todo momento ha ejercitado su Gobierno, remarcó que esta misma propuesta se volverá a elevar a la Cámara, de forma que la nueva legislatura en el País Vasco "abra la puerta a un nuevo debate con el objetivo de reforzar el consenso". Así, manifestó la intención de PNV-EA de "abrir el debate con carácter inmediato para que el nuevo legislativo vasco defina el contenido del acuerdo político sustentado en el derecho de la sociedad vasca a decidir su futuro".
Confió en que PP y PSOE abandonen el "rechazo sistemático" a la propuesta del 'lehendakari', y adelantó que el nuevo Parlamento que surja de las urnas el próximo día 17 de abril deberá concluir en una propuesta que se elevará al Congreso. No se podría entender, a su juicio, que esta Cámara le diera un "nuevo portazo sin entrar en su discusión". Posteriormente, negó los estudios económicos "sesudos" que alertan sobre las negativas consecuencias de aplicación del Plan Ibarretxe, argumentando que los datos dicen "todo lo contrario" ya que Euskadi se encuentra actualmente con el nivel de renta más alto por habitante y con índices de desempleo por debajo de la media de la UE.
"TRISTE" ENTENDIMIENTO PP-PSOE
Arremetió contra la política del Gobierno del PSOE, considerando "triste" que un partido de izquierdas haya "negado el debate" cuando esas son sus "señas de identidad". "Resulta curioso comprobar con qué facilidad los dos partidos que rivalizan en España llegan a entenderse cuando de lo que se trata es de poner obstáculos a la expresión de una voluntad mayoritaria", criticó.
De hecho, dijo que Zapatero no puede exigir un proyecto avalado por todas las fuerzas políticas si "antes no exige a los partidos de ámbito español que practiquen el diálogo con los nacionalistas vascos". De cualquier forma, confirmó que la consulta a la sociedad vasca se realizará durante la próxima legislatura vasca y deseó que se pueda celebrar "tras el logro de una cuerdo entre Euskadi y España". Precisó después que si ese acuerdo no se produce, el referéndum se realizará igual, no como un "desafío" sino como un "ejercicio de democracia".
Por eso, aunque admitió la invalidez jurídica de la consulta, alertó de las posibles consecuencias "políticas" que tendría su aprobación, y de que sería "mejor" que se hiciera con acuerdo previo. Dicho esto, recordó la premisa de convocar esta consulta en ausencia de violencia, y tras recordar que el Gobierno vasco ha denunciado sin ambigüedad los actos de ETA, aseguró tener la convicción de que la organización terrorista "desaparecerá de nuestras vidas" y "se ha quedado sin sitio, que nunca lo tuvo".
ETA: "CAMINO SIN RETORNO"
"Ahora, hasta quienes han justificado su existencia la encuentran incómoda para sus intereses políticos", argumentó, apuntando indicios como la carta que los presos de ETA dirigieron el pasado verano a la dirección, lo que constituye una "buena prueba" de su "camino sin retorno". Reconoció también como hecho objetivo el pronunciamiento de Batasuna en noviembre, aunque no lo consideró decisivo ya que "tiene un paso final que dar y cuanto más lo retrase, más dudas nos hará albergar sobre sus propósitos".
Pese a todo, dijo que no existen certezas sobre el fin de ETA y que desconoce si ha tomado ya la decisión de anunciar una "tregua creíble", pero que, no obstante, se encuentra reorganizando comandos, y se enfrenta ya "a su última oportunidad de buscar una salida". Rememoró asimismo el mensaje de Zapatero en el atentado de febrero en Madrid ("nada, mientras persista la violencia") con el que, a su entender, se "pretendió dejar una puerta abierta". Durante el coloquio posterior, y preguntado por la situación de la banda terrorista, Azkárraga insistió en que no existe ninguna certeza sobre su final, y que incluso hablar de tregua debido a que no asesina desde hace dos años es "delicado". "No sé si se plantea medir el alcance de su estado tratando de demostrar su fuerza ante el Estado ante un previsible proceso de negociación", indicó.
Afirmó que tampoco tiene datos de que haya habido contactos entre el Gobierno y los terroristas, si bien explicó que un Gobierno "que se precie" debe "estar al tanto" de este tipo de actividades. Es más dijo no descartar estos contactos, no de Zapatero, pero si de su entorno, porque "se ha hecho siempre, todos los gobiernos lo han hecho" aunque luego "se niega siempre".
PREMIOS A "TERRORISTAS BUENOS"
Después dijo sentir desasosiego por la política del PSOE al denunciar que se "premie a terroristas buenos" como Enrique Rodríguez Galindo, y se "aliente la aplicación partidista de leyes antidemocráticas".
Ante un eventual proceso de negociación con ETA, el consejero vasco indicó que como primer paso es imprescindible que la banda abandone las armas, y posteriormente, que el Gobierno avance en la "humanización del conflicto" dentro ámbito penitenciario. Se refería así a la posibilidad de que los presos vascos cumplan condenas cerca de sus lugares de residencia y a no abusar de la prisión preventiva. Por último, sobre el papel de las víctimas del terrorismo en este proceso, opinó que es importante sacarlas del conflicto entre las fuerzas políticas y darles "apoyo, cariño y respeto", no utilizándolas como "arma arrojadiza". Extendió este papel a un hipotético proceso de negociación al afirmar que también habría que desvincularlas, junto con los presos, de estas actividades."En un proceso de solución y avance del conflicto las víctimas no pueden suponer una especie de clave en la que en función de lo que pidan ellas se pueda avanzar en una política penitenciaria. No pueden plantear su presencia activa en un proceso de estas características", concluyó.