Tanto el presidente de Metroscopia, José Juan Toharia, como el del Instituto de Estudios Sociales, Pedro Arriola, culparon al voto oculto de un vuelco en las encuestas que, a pesar de la esperada caída del PSOE, no ha permitido a Javier Arenas obtener los votos necesarios para acceder a la Presidencia de la Junta de Andalucía.

Arriola y Toharia hicieron estas valoraciones durante su intervención en el citado encuentro informativo, organizado en Sevilla por Nueva Economía Fórum.
En sus intervenciones, ambos analistas coincidieron en que, por diferentes motivos, una buena parte de los potenciales votantes del PSOE decidieron ocultar su voto en los días previos a los comicios, motivo por el cual los sondeos arrojaban un supuesto escenario alejado del resultado final.

En este sentido, Arriola indicó que “las encuestas detectaban que un 25% de votantes del PSOE en 2008, esto es, 500.000 ciudadanos, decían que no sabían qué es lo que iban a votar. Había mucha gente que no decía qué es lo que pensaba hacer y que luego ha votado al PSOE”.

CASO DE LOS ERE
Sobre este mismo aspecto, el presidente de Metroscopia, José Juan Toharia, coincidió en señalar la existencia de un “voto oculto” al Partido Socialista producido, eso sí, por hechos muy distintos a los que señaló Pedro Arriola.

Según indicó Toharia, “aunque no ha sido la clave de las elecciones, el caso de los ERE sí ha pasado factura al PSOE. Ha existido un cierto castigo”.

Reseñó que, aunque muchos votantes socialistas han retirado su voto a la candidatura presidida por José Antonio Griñán, otro tanto por ciento también muy elevado “se avergonzaba de decir que iba a votar al PSOE por este hecho”, lo que ha motivado la existencia de un voto oculto que le ha dado al vuelta a los sondeos previos.

Ambos quisieron dejar claro es que “no es posible comparar lo que ha pasado con lo que las encuestas decían que iba a pasar. Eso es un error”, añadieron.

Arriola incidió en la participación de la ciudadanía en estos comicios. En este sentido, indicó que “un 64% de participación es un nivel muy alto para unas elecciones autonómicas”, a lo que añadió la complejidad de que estos comicios se hayan celebrado por separado, sin coincidir con ninguna otra elección, lo que no ocurría desde 1990. “Si tenemos en cuenta el nivel de participación con respecto a ese año veremos que entonces fue del 55,3%”, concluyó.

Por último, Toharia calificó como “muy positivo” el crecimiento de Izquierda Unida en Andalucía, un hecho que puede determinar la formación del próximo gobierno andaluz. “Se ha demostrado que los partidos cada vez tienen más porosidad para atraer los votos”, comentó.