En su intervención, Llardén consideró que “nuestra relación con el Sonatrach transportista es muy buena”, como demuestran las infraestructuras realizadas por Enagás vinculadas al gasoducto Medgaz (que unirá Almería con Argelia, con Sonatrach como mayor accionista).

Argelia ha sido tradicionalmente el primer suministrador de gas de España (más del 30%) y España es el segundo mayor cliente de Argelia. Por ello, en un momento de débil demanda, “somos también muy importantes” para los argelinos, dijo.

Asimismo, se mostró a favor de ser “optimista a medio plazo”, ya que “somos dos países y un conjunto de empresas que estamos en la buena vía para conseguir” llegar a un acuerdo.

Aludió igualmente a la alta diversificación de orígenes de suministro de gas de España (país que cuenta con seis plantas de regasificación), lo que dota de mayor independencia al mercado español, frente a un mercado europeo muy dependiente del gas ruso.

A su juicio, Europa debe mirar al norte de África en lo relativo al gas, y no sólo al este de Europa. Por ello, apostó por reforzar las interconexiones.