Según el consejero, Gómez no sólo le respondió que no acudiría a la inauguración, sino que le advirtió de que, además, si Güemes iba, "se iba a encontrar lío", como efectivamente sucedió. Por lo tanto, añadió, "no tengo ninguna duda de que el partido Socialista está detrás de las algaradas sindicales contra mí".

Aseguró que los insultos y las amenazas ni le ofenden ni le intimidan, pero "creo que hay otra forma de hacer política". "Los ciudadanos reclaman otra forma de hacer política donde no caben los insultos ni la violencia", subrayó.

En cuanto al hecho de que algunas de las personas que protagonizaron estas algaradas fueran liberados sindicales, el consejero madrileño indicó que en este momento el número de quienes ostentan esa condición supera ampliamente la cantidad mínima establecida por la ley. Así, precisó que hay 918 liberados sindicales trabajando a tiempo completo, lo que les cuesta a los contribuyentes algo más de 30 millones de euros al año.

En este sentido, Güemes señaló que ha propuesto a las organizaciones sindicales representadas en la Mesa Sectorial acordar una reducción del número de liberados para alcanzar un objetivo de ahorro y se mostró convencido de que aceptarán su propuesta, llevando a cabo de este modo un ejercicio de responsabilidad.

Respecto a la posible privatización de la sanidad madrileña denunciada por los sindicatos, motivo de los insultos y amenazas contra él, el consejero acusó tanto a PSOE como a Izquierda Unida de hacer gala de un discurso "falso y demagógico" en ese sentido y de intentar provocar miedo entre las personas más vulnerables, es decir, entre quienes padecen una enfermedad y sus familiares.

Agregó que en estos momentos hay materia suficiente para llevar a cabo un Pacto de Estado por la Sanidad, un acuerdo que, en su opinión, debería promover el propio Gobierno central, quien habría de ejercer cierto liderazgo en determinadas cuestiones relacionadas con dicho ámbito.